¿Es Alan Moore una persona furiosa e irascible? Él cree que no
Alan Moore cree que su fama como persona de temperamento y furiosa no se corresponde a…
Alan Moore, uno de los autores más importantes de nuestro tiempo, siempre ha sido calificado de ser una persona complicada, de fuerte temperamento y de predisposición al enfado. Moore, que abordó el fascismo de los superhéroes en los últimos meses y que ha criticado las películas basadas en los cómics, no cree que sea una persona irascible, furiosa o de difícil trato. Más de cinco años después de que el escritor británico abandonase los cómics, el bardo de Northampton ha concedido una entrevista a GQ en la que aborda esta y otras cuestiones.
Alan Moore: la sombra de su temperamento le persigue
El autor de Watchmen, obra por la que ha tenido algún que otro encontronazo, ha sido el eje de grandes conflictos con editoriales como Marvel y DC Cómics. En ambas, Moore generó obras maestras del tebeo que han marcado el sendero de una industria de entretenimiento que ahora ha echado raíces en el cine y de la que, según el propio escritor, se arrepiente enormemente al haber contribuido de diversas formas. Moore siempre ha sido descrito como una persona difícil, generando una especie de aura de tipo de cabreado e iracundo en la opinión pública. ¿Es así? Moore no cree que se ajuste a la realidad.
“Cuando protesté por primera vez porque me robaron mis creaciones, la reacción de muchos lectores fue decir que yo era un tipo loco y cabreado”, se explicaba Alan Moore. “Fue un poco como si siempre estuviera inexplicablemente furioso por absolutamente todo. Parecía que me despertaba por la mañana y ya me levantaba enfadado. Para ellos, desayunaba cabreado“, remarca el guionista. “La realidad es que creo que llegué a creerme que era tan bueno que, si usaban mi nombre en un cómic, comenzarían a aumentar las ventas con bastante rapidez”, prosigue.
“A día de hoy asumo que, al menos, creía que los editores eran empresarios lo suficientemente decentes como para entender que sacarían mucho más provecho de mí y de mi trabajo si me trataban de una manera justa”, continuaba. “Consideré que era mejor que rendirse a sus impulsos básicos y a la idea de robarme todo mi trabajo. Y esa mentalidad que esgrimí, por supuesto, resultó ser la fantasía romántica de un tipo desesperado. Todo aquello, todo ese material que es propiedad de varias editoriales de tebeos, lo he repudiado personalmente. Es demasiado doloroso para mi”, explica el autor de Desde el infierno. Excéntrico y particular, Moore ha abandonado el mundo del tebeo para bucear en la poesía y la literatura más tradicional.